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La crianza salvaje

DESARROLLO ONTOGENÉTICO EN CONDICIONES DE DEPRIVACIÓN SOCIAL.
Dr. J. Guillermo Blanck

Los últimos casos estudiados no dejan ya lugar a dudas y se dispone de una documentación completa (13). Pero, por preferencia personal, elegí, para ilustrar esta conferencia, el primer caso que considero suficientemente descrito y que, en su momento, sorprendió a psicólogos de la talla de Arnold Gessel (14): el de Kamala y Amala de Godamur, dos niñas que son un típico caso de “Homo Ferus”.
Se ha dicho: “Dios creó al mundo y Lineo procedió a clasificarlo”. Dentro de las innumerables dudas que tenemos para con el naturalista sueco Lineo -de cuya interesante vida se acaba de editar una amena biografía (15)-, está también esta: la denominación de Homo Ferus para los casos de deprivación social en Homo Sapiens. Lineo, en su época, ya había registrado casi media docena de casos (16).

El hecho de que los casos de Kamala y Amala de Godamur (India) daten de los años 20 evidencia al menos, ignorancia considerable en el terreno científico, cuando se ve que no se rinde cuenta de estos datos en las teorías que tratan de explicar el origen y la esencia de la actividad psíquica humana.
En 1920, se encontró cerca de la aldea de Godamur, a dos niñas conviviendo con lobos. Luego de matar a la pareja adulta de lobos, Singh, un reverendo que solía recorrer la zona en búsqueda de huérfanos para llevarlos a su orfanato, advirtió que 2 de los 5 lobeznos eran humanos (17).
Una de ellas tendría 3 años de edad y la bautizaron Amala. La otra Kamala, aproximadamente 6 años. Fundamentalmente hablaremos de Kamala que llegó a vivir 9 años en el albergue, hasta su muerte, y les mostrare unas diapositivas de ella.
No es difícil explicar esta situación en la India, puesto que una manera de combatir la superpoblación en algunas aldeas atrasadas es abandonar a los bebes a orillas del río y, por la tendencia adoptiva que tienen los mamíferos superiores, habrá sido probablemente así que estas dos niñas terminaron conviviendo con lobos (es inapropiado designar como “niñas” a éstas, en realidad, “hijas del hombre” que no pudieron humanizarse).
En ellas no había rasgo alguno de conducta que pudiésemos asociar con comportamientos humanos. Como dijimos que el Homo Sapiens solo tiene premisas biológicas para el aprendizaje, estas chicas habían aprendido todo los repertorios lobunos de comportamiento. Caminaban y corrían en cuatro patas. En la siguiente figura, Kamala aparece en su postura característica, al lado de la Sra. Singh.

Sus ritmos circadianos les daban vigilancia nocturna. Solo emitían una señal sonora, similar a la de los lobos, hacia las 2.00 hs AM. La larga convivencia con los lobos las había obligado a comportarse como tales y, por consiguiente, su musculatura se había desarrollado de una forma peculiar, por ejemplo: hipertrofia de los músculos masticatorios, que les permitía destrozar grandes porciones de carne como no podría hacerlo ningún adulto normal, y por supuesto sin ayuda de las manos. Los miembros superiores eran usados solo como extremidades de apoyo y no en sus funciones prensoras y manipulatorias, para los que biológicamente están preparados. Comían y bebían –a lengüetadas – como lobos, como pueden ver en la siguiente figura. Como lobos también dormían.

El reverendo Singh llevó, día a día, un diario detallado con la descripción de las conductas de las niñas, con la ayuda de un médico, el Dr. Sarbadhiceri.

Singh y su mujer se propusieron educar desde el vamos a las chicas, con procedimientos que, en una lectura actual, llamaríamos mas de condicionamiento clásico que operante.
Las chicas no podían sostenerse de pie, por la sencilla razón de que la musculatura de sus miembros inferiores se había desarrollado para el desplazamiento en cuatro patas. Hubo que ponerles una faja y, con mucha paciencia, ayudarles a pararse.
Por mucho tiempo no se evidenció en ellas conducta alguna que pudiésemos llamar “afectiva”. Si apareció llanto en Kamala, cuando Amala falleció, al año de su ingreso al albergue.

Como resultado de la educación, Kamala llegó a tener conceptos elementales de cantidad (comprendía “dos”, por ejemplo), llegó a caminar por sí misma y adquirió un lenguaje activo de unas 40 palabras monosílabas, que por supuesto designaban objetos de importancia vital y concreta. Esto es todo lo que se logró luego de 9 años.

Como conclusión, afirmo que el psiquismo humano es el resultado de la interiorización de signos sociales, mediante el aprendizaje social.
Las fuentes de la conducta humana están acumuladas en el patrimonio cultural de la sociedad, que va heredando la experiencia histórica de la especie. Durante el desarrollo ontogenético, gracias al proceso de actividad que realiza el niño, conjuntamente con el adulto, en interacción con esas fuentes se va interiorizando la cultura , en forma de sistemas neuropsíquicos, sobre la base fisiológica de la actividad nerviosa superior, que va permitiendo la construcción y el desarrollo de los procesos psíquicos superiores.

Citas

(13) Blanck, J.G., “Casos recientes…”, op. cit.
Curtiss, S. et al., “The linguistics development of Genie”. En: Lenguaje, 50, pp 528-535.
Curtiss, S. et al., “Genie: A psycholinguistic study of a modern day wild-child”. Washington:
American Asociation, Psychscan.
Lane, H. & Pillard, R., “the wild boy of Burundí”. N.Y.: Random House. 1978.
(14) Gessel, A., “wolf child & normal child”, The School of Medicine, Yale University, New Haven:
1940.
(15) Blunt, W.., “El naturalísta. Vida, obra y viajes de Carl von Linné (1707-1778)”
(16) Linné, Carl. Von, “Sistema Naturae”, Estocolmo: 1766/68
(17) Singh, J.A., The diary of the wolf children of Midnapore”. Cotribution of University of Dever, IV. Denver: 1942.
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